lunes, 9 de julio de 2007

Último día: Sofia-Madrid-Alicante

Son las 04.00 am cuando nos disponemos a coger el taxi que nos lleva al aeropuerto, y la verdad es que tardamos un poco porque los accesos al aeropuerto, algunos, estaban cortados por lo del Bush, pero, en fin, llegamos.

Sobre las 07.30 am despegamos rumbo a Madrid, llegando a las 10.30 am hora local, sin problemas, cogiendo el vuelo de Alicante a las 16.00 pm.






Hasta aquí lo que ha dado de sí el viaje, a la espera de un próximo, espero que le sirva al próximo viajero que decida visitar ese país de los Balcanes.


Día 8: Plovdiv-Rila-Sofia


Es el último día completo que estamos en Bulgaria y para variar nos levantamos a las 06.00 am para que podamos aprovecharlo, ya que teníamos que ir a Sofia y entregar el coche antes de las 19.00 horas en el aeropuerto y queríamos visitar el Monasterio de Rila, el mas famoso del país.

Decidimos ir por una carretera de montaña, para poder admirar el estupendo paisaje de bosques de la zona, y llegamos al Monasterio de Rila sobre las 12.00 horas.

El Monasterio de Rila (en búlgaro: Рилски Манастир, Rilski Manastir) fue fundado en el Siglo X por San Juan de Rila (cortesano búlgaro conocido como Iván Rilski), un ermitaño, canonizado por la Iglesia Ortodoxa. El monasterio está situado en las Montañas Rila, en la parte occidental de Bulgaria, a más o menos 120 kilómetros de la capital, Sofía, en un sitio espectacular en el profundo valle del río Rilski.

Iván Rilski se retiró como ermitaño a las montañas de la cordillera de Rila. Su hagiografía cuenta que vivió santamente en el hueco de un árbol tallado en forma de ataúd pronto se extendió su fama de santidad y acudieron en su compañía otras personas que querían seguir su ejemplo. Al final de su vida fundó el monasterio para albergar a todos estos monjes ermitaños.

La tumba de San Juan de Rila se convirtió en un sitio sagrado y el primitivo monastserio fue transformándose en un complejo mayor. Desempeñó un papel importante en la vida espiritual y social de la Bulgaria medieval. Parcialmente destruido por un incendio a principios del Siglo XIX, fue reconstruido entre 1834 y 1862, aunque los edificios más antiguos que lograron sobrevivir el fuego no fueron alterados.

El monumento es un ejemplo característico de la Resistencia Búlgara (del Siglo XVIII al Siglo XIX) y simboliza el sentimiento de identidad cultural eslavita después de siglos de ocupación por el Imperio Otomano. El monasterio es considerado un Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

A la vuelta del Monasterio, nos fuimos directamente al hotel que teníamos reservado en Sofia, gracias a la chica del hotel de Sozopol. El hotel Tsarskoselo, era una pasada, estaba en las faldas del Monte Vitosha, a las afueras de la capital. Tenía un campo de futbol, una iglesia, spa, gimnasio, y unos jardines alicinantes, todo ello por 50€ en habitación doble, lastima que no pudieramos disfrutarlo por lo menos un día más.
Nos fuimos a devolver el coche al aeropuerto, y la ciudad estaba tomada por la Policía, no obstante al día siguiente y justo cuando nos íbamos nosotros, llegaba Mr. Bush.

Al día siguiente hay que madrugar muchisimo, así que cuando cenamos pedimos los taxis en recepción para las 04.00 am y nos fuimos a dormir.

domingo, 8 de julio de 2007

Día 7: Sozopol-Plovdiv

Nos levantamos muy temprano, para variar, sobre las 06.00 am, para ponernos en marcha y aprovechar el día, no obstante nos esperan unas cuatro horas de coche para llegar a Plovdiv.
El Día anterior compramos los desayunos en un super cerca del hotel, y paramos en un área de descanso a la salida de Burgas a tomarlo, una cosa rápida y en marcha.

Sobre las 12.00 pm llegamos a Plovdiv, y la verdad, en un principio nos desilusionó, porque la entrada de la ciudad es mas bien fea y sucia, por lo que decidimos irnos a las montañas que se veían al fondo y buscar un sitio donde dormir en alguno de los pueblos que se veían a su falda.

Así hicimos, nos fuimos a un pueblo llamado Asenovgrad, o algo parecido y nos alojamos en la misma montaña, en un hotel muy bonito, hotel OGI y por unas 45lv dormimos la mar de bien. El Hotel cuenta con restaurante y una terraza con piscina, aunque ni la probamos.



Nos digeron en el hotel que un poco mas arriba, siguiendo la carretera, había un monasterio, y fuimos a verlo. El monasterio se llama de San Kirik y Yulita y es muy bonito, y tiene una iglesia bastante antigua en el centro de la plaza, con unos frescos impresionantes, y que cuando fuimos nosotros estaba en restauración. Aparte de la función de monasterio como tal, tiene una hospedería y un restaurante.





Una vez que lo vimos, bajamos y pensamos en
ir a, mirando el mapa de carreteras, por una que
atraviesa un valle a ver donde nos llevaba, con la suerte de que fuimos a parar a la Fortaleza de Assen.




En los primeros contrafuertes de los Ródopes ,19 km. al sur de Plovdiv, y para defender el paso del río Chepelarska, el zar Iván Assen II, hizo construir una fortaleza con muros y torres defensivas, todo en la roca colgado sobre el río.

El lugar es encantador entre árboles, fuentes y naturaleza, y desde la carretera es solo un agradable paseo de 10 minutos

Hoy prácticamente solo queda la iglesia, pero es un interesante edificio medieval del siglo XI de dos plantas y que conserva numerosos frescos, y que según cuenta la leyenda hay un pasadizo que comunica la iglesia con el río, para evitar quedarse sin agua en los tiempos de asedio, y que por la voluntad, una guía en inglés te explica la historia de la misma.

Tras alucinar con la fortaleza, seguimos dirigiéndonos rió arriba para ver un sitio donde comer y paramos en uno muy cerca de allí en el que no tenían ni idea de ingles, así que la mujer pidio ayuda a uno de los clientes que allí se encontraban y todo se solucionó.

Después de comer, seguimos dirigiéndonos rió arriba, hasta llegar a otro pueblo en el que había otro monasterio el Monasterio de Batchkovo, éste es el país de los monasterios, y paramos, como no, a verlo.

El Monasterio de Batchkovo se encuentra a 29 km al sur de Plovdiv, y es el segundo en importancia después del de Rila.



Fue fundado en 1083,en un paraje montañoso, pero hoy muy bien accesible por carretera, consta de un patio interior pavimentado de cantos rodados, donde se encuentra la iglesia, muy visitada, ya que un icono de la Virgen, de origen georgiano es objeto de una devoción especial. En su interior podremos hacer nuestras ofrendas y encender velas con nuestros buenos deseos para nuestras personas queridas.

También se visitan el resto de iglesias y dependencias del monasterio, siendo de especial interés los frescos pintados en las paredes del porche de entrada, representando el juicio final, con el paraíso a la izquierda, y el infierno a la derecha. También los aposentos y comedores antiguos de los monjes.

Después de un día de monasterios e iglesias, nos fuimos a media tarde a casco antiguo de Plovdiv. Plovdiv es la segunda ciudad en importancia en Bulgaria, y su historia como la de muchas ciudades de este país es bastante azarosa.

Fundada por Filipo II de Macedonia sobre la ciudad tracia de Eumolpia, la llamó, claro Filipópolis, después pasaron los romanos y la llamaron Trimontium, después la saquearon los hunos y los eslavos, estos la llamaron Pulpoleva, y luego vinieron los búlgaros, y luego los armenios, hasta que el zar búlgaro Kaloyan, la conquistó nuevamente a los bizantinos, después aun cambió de mano once veces hasta la ocupación turca, ahora con el nombre de Filibe, ya con el nombre de Plovdiv continua bajo el dominio otomano hasta la rebelión de 1885.

De todo esto hoy queda perfectamente conservado el Teatro Romano (en el que por cierto había una fiesta de algo relacionado con el ejercito, porque estaba lleno de militares), construido en tiempos de Marco Aurelio y varias mezquitas.



También es muy interesante visitar en su centro histórico, muchas de las casas de antiguos comerciantes, pintores y poetas, hoy transformadas en museos, además de los innumerables restos arqueológicos como la puerta de Hisar Kapiya flanqueada por dos torres del siglo V.

Hay unos restaurantes y unas terrazas para cenas espectaculares, pero hay que ir temprano, o no hay sitio.

Día 6: Sozopol-Nessebar-Sozopol


Amanece el sexto día y parece que va a ser bueno, de momento luce el sol.
Después de tomar el desayuno, les preguntamos a la gente del hotel sobre algún sitio que visitar por allí cerca y nos aconsejaron ir a la desembocadura del Rio Ropotamo, que es un Parque Nacional, cerca de allí y con la posibilidad de hacer una excursión en barco por su desembocadura.

En Primer lugar, decidimos irnos primero a NESSEBAR, porque teníamos curiosidad, aunque Rocco nos digera que no le gustaba, en Internet desde España tenía muy buena pinta.
Así hicimos, cogimos la carretera en dirección Burgas, y una vez en ella, cogimos dirección Varna, es muy fácil, y esta muy bien señalizado.

Aparcamos el coche en la zona moderna de la ciudad, y nos dirigimos dando un paseo hacia la zona antigua de la misma, que esta situada en el extremo de un cabo.

Es o se le supone una ciudad medieval, con muchas iglesias bizantinas, algunas en ruinas, otras casi, pero que están en restauración, y merecen la pena verlas, son preciosas, sobre todo y aúnque haya que pagar 4lv para verla, la de St Stephan, del S XI.

Lo malo es que se han pasado bastante con el tema del turismo. Allí vas paseando y en cada casa, en cada rincón o en cada esquina hay un puesto de souvenirs o una casa de cambio, por cierto carísimas, o un restaurante, en fin, está un poco echado a perder, y es una pena, porque es muy bonito.


Después de un par de horas y cansados de ver puestos de guiris, decidimos irnos a comer fuera de allí, y cogimos el coche en dirección Burgas, parando a medio camino, en una de las ciudades ribereñas del Mar Negro, bastante menos turística, por cierto y comimos en una cafetería-pub-restaurante la mar de bien y como siempre baratísimo.

Después de comer nos fuimos de vuelta a Sozopol y nos acercamos, como nos aconsejó el personal del hotel a ver la desembocadura del Río Ropotamo, pasando por playas inmensas y muy bonitas. Llegamos a la entrada al embarcadero del río, pensando que íbamos a encontrar rutas para hacer senderismo y cosas así, pero cual fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta que lo único que se puede hacer es montarse en el barco con un guia y dar un paseo por la desembocadura, que aunque bonita, no nos atrajo lo suficiente. Está todo el perímetro del parque vallado, no se puede acceder a ningún sitio.

Visto lo visto nos fuimos a una de las inmensas playas antes de llegar al río y tras pagar 4lv de entrada, aparcamos y nos fuimos a tomar el sol y dar un paseo por la playa, que por cierto estaba desierta, eramos los únicos que estábamos allí.

Allí estuvimos unas horas paseando y tomando el sol, la mala suerte es que no pudimos bañarnos por la mala mar que hacía ese día, una pena, porque la playa era una pasada.

Después de eso volvimos a coger el coche y nos fuimos de regreso al hotel a pegarnos una ducha y, por cierto, teníamos que buscar sitio para alojarnos en Sofia, porque los hoteles del centro estaban todos completos.

Resulta que iba a ir a Sofia el Sr. Bush y claro, la cosa no pintaba bien, así que le pedimos el favor a la chica del hotel y ella nos iba a buscar alojamiento para la última noche, o nos veíamos durmiendo en el aeropuerto, porque además nuestro vuelo salía para España a las 7.30 am, y no nos gustaba la opción de dormir por ahí tirados.




viernes, 6 de julio de 2007

Día 5: Veliko Tarnovo- Sozopol


Son la siete de la mañana y nos levantamos dispuestos a desayunar, esta vez algo menos, y dirigirnos hacia el Mar Negro, más concretamente a la ciudad de SOZOPOL.
En un principio nos íbamos a ir a NESSEBAR, pero Rocco la noche de antes nos aconsejó que fuéramos a Sozopol, porque Nessebar era muy turística y no nos iba a gustar, así que le hicimos caso y nos fuimos donde nos dijo, y mereció la pena.

Tardamos una cuatro horas en llegar, atravesamos montañas con bosques muy densos, con una bruma que lo cubría todo, llanuras llenas de cereal y viñedos, no obstante el vino de Bulgaria tiene fama de ser bastante bueno, hasta llegar a la ciudad de BURGAS, que esta a las orillas del Mar Negro, atravesándola y desviándonos hacia Sozopol, que esta a unos 35 Km de Burgas.

En Sozopol nos quedamos a dormir en el Hotel Tavanov, es un hotel de nueva construcción, regentado por una familia encantadora, con piscina, muy limpio y que nos costó 49 lb por habitación con desayuno buffet. Se encuentra a unos cincuenta metros de la playa y también tiene piscina, aunque esta en las afueras, frente a la Policía y los Bomberos, el centro no queda lejos si vas paseando.


Es la hora de comer y nos vamos paseando por la orilla del mar y decidimos comer en uno cualquiera, en el que tenía más gente, y la verdad comimos muy bien y como siempre barato, en cualquiera de los restaurantes se come bien, no hay gran diferencia, pero la gente va, donde va la gente. Comimos una fuente de pescados variados del Mar Negro, y la verdad, aunque estaban buenos y en palabras de un Búlgaro, "Los Búlgaros no sabemos ni preparar ni comer el pescado", y cuanta razón, nos pusieron el pescado muy hecho, y así sabe menos sabroso, pero estaba bueno.

























Después de la comida, ¡¡¡¡¡¡A BAÑARSEEEE!!!!!!

Nuestro primer baño en el Mar Negro. El agua estaba muy movida, hacía mal tiempo, pero nosotros nos bañamos, para una vez.
La arena eran minúsculas conchas y el agua esta un poco mas caliente que en el Mediterraneo, pero lo más curioso es que es muy poco salada, casi dulce, la verdad es que el agua estaba muy buena.






Por la noche nos fuimos a pasear por el centro de Sozopol y la verdad es que es muy bonito, con calles peatonales, terrazas, cafeterías, había mucha gente paseando. Tambnién las construcciones recuerdan un poco a los hórreos de asturianos, casas de madera, ruinas de iglesias bizantinas, muy bonito.
Despues de comprar alguna cerámica de recuerdo nos tomamos una cerveza en el puerto viendo atardecer, en una de las terrazas y luego cenamos en el centro en otra de las terrazas que existen. En cualquiera de ellas se puede cenar muy bien por poco dinero, esa es la tónica constante del viaje.


jueves, 5 de julio de 2007

Dia 4: Veliko Tarnovo


Amanece un nuevo día y despues de un suculento desayuno, pero suculento de verdad, nos disponemos a visitar la fortaleza de Tsarevets, declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Hace un calor sofocante, y eso que todavía no eran las 10.00 de la mañana, no se puede olvidar una botella de agua en la mochila, aunque dentro hay un bar, es bastante caro.







La fortaleza es muy bonita, esta bastante restaurada, pero allí la gente es poco cuidadosa, las papeleras son mas bien escasas, pero las vistas son impresionantes, merece la pena, solo hay que pagar unas 4 lebas de entrada.

En su interior se encuentran las ruinas de siete iglesias, aunque algunas son dificiles de encontrar, y la iglesia que esta en lo alto del cerro donde se asienta el castillo, es moderna, y el interior, uf, un poco raro.

Sobre las 11.30 que salimos de allí, más o menos, decidimos coger el coche y dirigirnos a la ciudad de Elena, que nos habían dicho que era muy bonita, así que eso hicimos.
Tomamos dirección Varna y a unos 20 km mas o menos de Veliko esta el desvio de Elena.
Los paisajes son preciosos, todo cubierto de bosques muy densos, y pequeños pueblos, algunos abandonados, como si las personas se hubieran ido de allí corriendo y con lo puesto, impresiona.


Una vez llegamos a Elena, nos dimos un pequeño paseo por las afueras y todavía se puede apreciar la herencia comunista en sus calles, colegios abandonados, edificios decrepitos, en fin.

El centro de la ciudad ya es mas bonito, con sus terrazas, sus plazas y jardines, comercios, en las ciudades búlgaras los centros urbanos están muy ciudados, no así el resto, que parece que pertenezca a otra ciudad.




Llega la hora de comer y empieza a lloviznar, miramos el mapa y vemos que señala algo parecido a un lago, y decidimos irnos allí a comer.

Entramos a un supermercado del pueblo y compramos lo necesario para unos bocadillos.
El embutido de allí es muy bueno, y el queso una pasada, y con esto un par de tomates y unas cervezas, listo, encontramos el lago y comimos a cubierto de la puerta del maletero del coche, con los chubasqueros puestos.

El lago es muy bonito, también rodeado de bosques, con la gente pescando en sus orillas, parece que en cualquier momento te pueda salir un oso de entre los arboles.

Despues de comer nos fuimos de vuelta al centro de Elena y nos sentamos en una terraza a tomar un cafe frappé, estan buenisimos y refrescan bastante, y despues compramos unos recuerdos en una tienda de souvenirs, la única que había, y de vuelta a Veliko Tarnovo, porque la tarde no acompañaba mucho.




miércoles, 4 de julio de 2007

Día 3: Sofia-Veliko Tarnovo


Amanece nuestro tercer día y nos dirigimos desde la actual capital del país a la antigua capital del mismo, Veliko Tarnovo, con nuestro flamante coche, cargado de maletas y encima lloviendo.
El chico de la empresa de alquiler nos indicó para salir de allí, y la verdad es que las carreteras están muy bién señalizadas, tienen los caracteres tanto cirilicos como latinos, son un equivalente a las carreteras nacionales de España, llenas de areas de descanso y pequeños bares de carretera donde poder parar a tomar algo.

Después de unas tres horas de camino, más o menos, llegamos sin ninguna dificultad a Veliko Tarnovo, eso sí, respetando los limites de velocidad, que allí los radares son constantes y sin foto, por lo que nos dirigimos al centro historico de la misma en busca de algún hotel.

En la zona del centro hay muchos hoteles de todas las clases y precios, nosotros nos alijamos en una casa rural, justo en la hoz que hace el rio al atravesar la ciudad, en la calle URKO. Las vistas son muy bonitas, y el hotel esta pasable, unos 25€ por habitación sin desayuno.

El dueño del mismo se llama Rocco, habla algo de español, pero sobre todo italiano, buena gente y no dudará en ayudaros en todo lo que este en su mano.

Para desayunar, hay en la misma calle un restaurante muy bonito, tipico y se come bastante bien por unos 4 o 5 € por persona, pero el tema de la comida no es problema, en cualquier sitio del centro se pueden encontrar innumerables terrazas en las que poder comer.

Ese día nos fuimos a un pueblo que esta en la montaña, muy cerca de Veliko Tarnovo, llamado Arbanassi, también bonito, pero algo más turistico, con tiendas de antigüedades, bares y puestos de artesania.

Es agradable pasear por las calles del pueblo y sobre todo es bonito el Monasterio e Iglesia de la Natividad, que esta a las afueras, aunque cuando fuimos estaba cerrado y solo pudieramos entrar a los jardines, merece la pena, así como las vistas de Velico Tarnovo desde la carretera de acceso al mismo.


Ese día no pudimos visitar la fortaleza de Veliko, porque ya era tarde, por lo que preferimos dar una vuelta por la zona y dejarlo para el día siguiente.

Por la noche nos fuimos a tomar algo a una de las terrazas que se encuentran por el centro, donde se pude cenar muy bien a muy buen precio, en cualquiera de ellas, lo complicado será encontrar sitio, los búlgaros comen temprano, por lo que también cenan temprano, y sin prisas.