jueves, 5 de julio de 2007

Dia 4: Veliko Tarnovo


Amanece un nuevo día y despues de un suculento desayuno, pero suculento de verdad, nos disponemos a visitar la fortaleza de Tsarevets, declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Hace un calor sofocante, y eso que todavía no eran las 10.00 de la mañana, no se puede olvidar una botella de agua en la mochila, aunque dentro hay un bar, es bastante caro.







La fortaleza es muy bonita, esta bastante restaurada, pero allí la gente es poco cuidadosa, las papeleras son mas bien escasas, pero las vistas son impresionantes, merece la pena, solo hay que pagar unas 4 lebas de entrada.

En su interior se encuentran las ruinas de siete iglesias, aunque algunas son dificiles de encontrar, y la iglesia que esta en lo alto del cerro donde se asienta el castillo, es moderna, y el interior, uf, un poco raro.

Sobre las 11.30 que salimos de allí, más o menos, decidimos coger el coche y dirigirnos a la ciudad de Elena, que nos habían dicho que era muy bonita, así que eso hicimos.
Tomamos dirección Varna y a unos 20 km mas o menos de Veliko esta el desvio de Elena.
Los paisajes son preciosos, todo cubierto de bosques muy densos, y pequeños pueblos, algunos abandonados, como si las personas se hubieran ido de allí corriendo y con lo puesto, impresiona.


Una vez llegamos a Elena, nos dimos un pequeño paseo por las afueras y todavía se puede apreciar la herencia comunista en sus calles, colegios abandonados, edificios decrepitos, en fin.

El centro de la ciudad ya es mas bonito, con sus terrazas, sus plazas y jardines, comercios, en las ciudades búlgaras los centros urbanos están muy ciudados, no así el resto, que parece que pertenezca a otra ciudad.




Llega la hora de comer y empieza a lloviznar, miramos el mapa y vemos que señala algo parecido a un lago, y decidimos irnos allí a comer.

Entramos a un supermercado del pueblo y compramos lo necesario para unos bocadillos.
El embutido de allí es muy bueno, y el queso una pasada, y con esto un par de tomates y unas cervezas, listo, encontramos el lago y comimos a cubierto de la puerta del maletero del coche, con los chubasqueros puestos.

El lago es muy bonito, también rodeado de bosques, con la gente pescando en sus orillas, parece que en cualquier momento te pueda salir un oso de entre los arboles.

Despues de comer nos fuimos de vuelta al centro de Elena y nos sentamos en una terraza a tomar un cafe frappé, estan buenisimos y refrescan bastante, y despues compramos unos recuerdos en una tienda de souvenirs, la única que había, y de vuelta a Veliko Tarnovo, porque la tarde no acompañaba mucho.




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